EL JUEGO DE LAS SILLAS…
Una charla extensa del técnico, fue el colofón de la práctica de fútbol de hoy y a 50 metros de la escena no fue muy difícil de adivinar el contenido de la misma, tras ver los 180′ más el descuento de los dos partidos jugados y… se nos ocurrió este editorial haciendo una analogía con el «juego de las sillas» y una de las maneras de analizar el comportamiento en estas circunstancias es parangonarlo con aquella competencia, que cuando se paraba la música, los participantes buscában donde sentarse, partiendo de la premisa que había menos asientos que personas. De esa manera los chicos íban tomando conciencia de una forma lúdica de lo que significaba el riesgo de no estar atentos, con actitud y preparados para atender las reglas que uno acepta al participar. El desconcierto de algunos, las trampitas de otros y el ver descolocados a muchos, éran parte del espectáculo. En la actividad cotidiana todos sabemos que hay menos sillas que postulantes, quienes han logrado sentarse adecuadamente, saben que hay muchos que rondan esperando una vacante. En otro plano, la lucha por las sillas vacías implican un conflicto entre quienes la disputan (posiciones, equipos y planteles), sin embargo muchos de los actores pierden la noción de la realidad, de las probabilidades y se obnubilan dentro de un círculo vicioso de pequeños razonamientos sin comprender que los buenos jugadores y la táctica no son como el «agua y el aceite», el fútbol es uno sólo. Quizás a partir de allí se van perdiendo algunos valores donde la falta de comunicación y conexión (adentro de la cancha) son escenciales y simbolizan la vida misma. En éstos momentos recordamos aquellos pueblos orientales que han aprendido a descansar de cuclillas. ¡Sería difícil verlos jugando al juego de las sillas!. Sin embargo pensaron como hacerlo, imaginaron y lo pusieron en práctica, con órden y equilibrados, construyendo lo que les apetecía, se pusieron un objetivo, se los hicieron entender con simpleza, comunicando, sabiendo escuchar y asimilándolo, y fue mucho más llevadero para todos. Quizás, sin saber bailar tanto, lograron sentarse, sin tironeos y sin romper las sillas, festejando, dándose un abrazo y comprendiendo que esa era la forma de construir el objetivo anhelado por todos. (dg)
COLOR ESPERANZA
Sé qué hay en tus ojos con solo mirar
Que estás cansado de andar y de andar
Y caminar
Girando siempre en un lugar
Sé que las ventanas se pueden abrir
Cambiar el aire depende de ti
Te ayudará
Vale la pena una vez más
Saber que se puede
Querer que se pueda
Quitarse los miedos
Sacarlos afuera
Pintarse la cara
Color esperanza
Tentar al futuro
Con el corazón
Es mejor perderse que nunca embarcar
Mejor tentarse a dejar de intentar
Aunque ya ves
Que no es tan fácil empezar
Sé que lo imposible se puede lograr
Que la tristeza algún día se irá
Y así será
La vida cambia y cambiará
Sentirás
Que el alma vuela
Por cantar una vez más
Saber que se puede
Querer que se pueda
Quitarse los miedos
Sacarlos afuera
Pintarse la cara
Color esperanza
Tentar al futuro
Con el corazón
Saber que se puede…