EL DEPORTE COMO TERMÓMETRO DE LA SOCIEDAD
Desde un aspecto ideal, un buen deportista debería brindar un servicio para la sociedad y para el mundo, ya que el deporte en su estado puro, solo habla de beneficios. Este aspecto, es también, válido para los deportes individuales, ya que el beneficio que este produce en quién lo realiza actúa en forma directa sobre su medio. Por otro lado mucho de los valores que poseemos podrían ser sostenidos aunque sea en forma parcial por la estructura deportiva, ya que ésta actúa como un positivo co- educador.
Aún después del mal llamado fracaso deportivo se pueden aprender muchas cosas. Este concepto de fracaso mucho tiene que ver con la estructura social “culpógena” que no le admite al denominado perdedor la caída de las ilusiones e idealizaciones que fueron puestas sobre él o sobre su equipo. Estas en la mayoría de los casos representan al deseo de grupos de personas que frente a su propia imposibilidad de realizar tales deportes, imaginan que el jugador o el equipo cumplan con sus anhelos. El juicio y la crítica en los casos de “pérdida” son tan implacables como injustos.
El fracaso más bien debería denominarse “frustración temporal” o bien “pérdida momentánea”, así como la crítica despiadada debería dar lugar a una actitud reflexiva aquella que a veces se genera cuando perdermos algo valioso de orden particular.
Pero ocurre que esta identificación con nuestros ídolos es tan fuerte y tan poderosa que hasta hablamos en plural, no perdió ni ganó el equipo, sino que “perdimos” o “ganamos”. Este es un valioso aunque peligroso factor inherente al acto deportivo.
Es de este modo como el deporte influye tanto positivamente como negativamente dentro del núcleo de la sociedad y es por esta influencia que es tan importante sea tratado en profundidad por las ciencias sociales.
Un síntoma de mala salud social es la ausencia de deportes en su seno. Todas las sociedades así lo tienen entendido y los ejemplos, en los actuales tiempos, es ya una muestra clásica de que el deporte es, en la sociedad, un termómetro calificado.