COPA ARGENTINA: LA UTOPÍA NO MURIÓ
La composición del equipo es un fenómeno casi igual de fascinante que el mismo fútbol. Todo el mundo se cree capacitado para poder indicar una formación correcta y el mejor equipo en cada caso. ¿Quién ha de determinarlo?: La respuesta sólo puede ser: siempre la persona que trabaja regularmente con ellos (es decir en el entrenamiento, en el partido y en la preparación teórica del encuentro). Aplicando una escala estricta, esa persona es el director técnico. A pesar de ello, existen una serie de principios básicos que no excluye de referenciar conocimientos y poder exponerlos. Los equipos con más renombre son los que atacan más veces, los que potencian su juego ofensivo, los que mejor manejan la pelota y la posesión de la misma…pero ¿son los que mejor defienden?. Nos toca en suerte Independiente y para poder ganar ésta llave no hay que cometer errores. Lo primero que debe hacer Camioneros es ocupar las zonas del campo en forma equilibrada, en una clara protección del terreno defensivo. ¿Respeto?, absolutamente. Pero no temor. Aunque muchos piensen en un ‘milagro’, para nosotros es muy posible, si cambiamos el pensamiento, si en lugar de defensa/ataque utilizamos el ataque/defensa, ya que la situación será mucho menos crítica si la perdemos bien arriba. ¿Qué elucubramos? que el cuadrado de la mitad de la cancha con tres jugadores para la contención dejará solamente a uno libre de «gancho» para abastecer a Jorge Gonzalez. Está muy claro que el equipo de Holan necesita la explosión de Rigoni, Barco y Benítez (si juegan y sino el dibujo será similar), sus tres medias puntas y lo fundamental será cortar ese circuito y sacarle dinámica al vértigo. Defender en zona forma sin dudas, parte de una filosofía de respeto por el juego, y muestra la personalidad del equipo, pero si el más ‘chico’ le hace el uno contra uno en forma permanente y escalonada, no sufrirá desequilibrios individuales. La salida de los laterales, Argañaraz y Vitale serán un apoyo importante para los carriles. La asistencia de Laureano Tello haciendo la tarea de «Ala-tornante» le podrá redituar beneficios para recuperar el balón, junto con Navarrito. La organización vence cualquier miedo escénico y Camioneros tiene una columna vertebral con basamento. Pensemos, por un instante, que el equipo rival presenta una formación similar a la que venciera en ‘su’ clásico, pués para romper esa estructura, que deja a Giglioti en las «18», el equipo de Calleri tiene a Alvarez y optativamente a Madeo (no jugará Lozano – expulsado- y Stele -lesionado-) para tomar según su perfil, y juntamente con Benitez que estará dispuesto a colaborar. A la salida de Sanchez Miño o el despliegue de Toledo o Martinez el concepto de cobertura u anticipación hacia ambos «le caen al pelo» y que Diego Rodriguez o Domiguez se preocupen por la impronta de Caseres, Alexis o Campito. Si Camioneros entiende lo que se consideran «zonas peligrosas», si comprende y puede plasmarlo, en una cancha con el piso en malas condiciones (así está el Centenario), que la pelota es el principal foco de atención, y que no todos los espacios tienen el mismo valor, la victoria es posible. La pelota parada (con Vico), los centros cruzados, la superioridad numérica, pegarle de media, serán los caminos ideales para producir la hazaña de superar a Independiente. El vehemente deseo de transformar lo difícil en posible nos hace pensar que la utopía no murió, Camioneros ya ha a dado muestras de ello.