ULTIMA PARADA: VENEZIA, UN SUEÑO CUMPLIDO
Se termina el viaje, y como en cuento de Disney, nuestros CAMIONERITOS, culminan su períplo por Europa. ¡Que Tal!. Alguna vez un niño escribió a un importante diario le planteó la inquietud a su papá, si PAPÁ NOEL, existía, «porque mis amigos me dicen que no. Mi padre decía siempre: ‘si lo dice el diario es así’, y esto definía la cuestión.
Su carta llegó a manos de un editorialista.. y ésta fue su respuesta «Tus pequeños amigos están equivocados. Les ha afectado el escepticismo de una era escéptica. No creen más que lo que ven. Creen que no puede existir nada que no sea captado por sus mentes pequeñas.
Todas las mentes, sean de hombres o de niños, son pequeñas. En este gran universo nuestro, el hombre es simplemente un insecto, una hormiga en lo que a su intelecto se refiere, comparado con el mundo sin límites que lo rodea, comparado con la inteligencia capaz de abarcar la verdad y el conocimiento totales. Sí, existe Papá Noel. Tan cierto que existe como existe el amor y la generosidad y la devoción, y tú sabes que éstos abundan y le dan a tu vida los mayores encantos y alegrías. ¡Dios, qué triste sería el mundo si Papá Noel no existiera! Sería tan triste como si no existieran Virginias o los Marcos. No existiría la fe infantil, ni la poesía, ni el romance para hacer esta existencia tolerable. No tendríamos alegría, excepto en los sentidos y en la vista. La luz con la cual la infancia llena el mundo se habría extinguido.
¡No creer en Papá Noel! Podrías del mismo modo no creer en las hadas. Podrías conseguir que tu padre contratara hombres que revisaran todas las chimeneas la noche de Navidad para atrapar a Papá Noel, pero, aun si no vieras a Papá Noel bajando por la chimenea, ¿qué probaría esto? Nadie ve a Papá Noel, pero eso no significa que Papá Noel no exista. Las cosas más reales en el mundo son aquellas que ni los niños ni los hombres pueden ver. ¿Has visto tú alguna vez a las hadas danzando sobre el césped? Claro que no, pero eso no es prueba de que no estén allí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas que no son ni vistas, ni visibles en el mundo.
Si rompes la sonaja de un niño pequeño podrás ver qué es lo que produce el ruido en su interior, pero hay un velo cubriendo el mundo invisible que no puede ser roto ni por el hombre más fuerte ni por la unión de la fuerza de todos los hombres más fuertes que hayan existido. Sólo la fe, la poesía, el amor, el romance pueden levantar ese velo y contemplar y describir la gloria y la belleza suprema que hay detrás. ¿Es eso real? Ah, Virginia, en todo el mundo no hay nada que sea más real y permanente. ¡Que no existe Papá Noel! Gracias a Dios, existe y existirá siempre. Dentro de mil años, Virginia, no, dentro de diez veces diez mil años, continuará haciendo feliz el corazón de los niños.
Hoy los chicos de CAMIONEROS, concluyen éste cuento con la certeza de que alguien se los hizo posible. Gracias a él, vale la pena seguir creyendo. (Daniel Geller)
Fin de la historia