CADA DÍA TE QUIERO MÁS

Recordaba una frase de Coelho: Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria. Y más allá de analizar los porque de un partido de fútbol, habrá que despojarse hasta la semana que viene del análisis técnico para darle lugar a la pasión que ha despertado este ciclo. No es fácil ignorar a un vestuario honesto y de gente que dejó todo lo que tenía para conseguir el ascenso. Desde aquel que cuidaba las puertas hasta aquellos que se hicieron cientos de kilómetros para observar a los rivales. Seríamos muy obtusos si ignoraramos la tarea de aquellos que apoyaron éste proceso y se pasaron meses al lado de éste plantel. Y cuando Nazar estrelló el cabezazo en el ángulo y el partido estaba 3 a 2 arriba, teníamos la sensación que el objetivo se acercaba, pero, el viernes, apareció un tal Rodriguez que sacó un latigazo de derecha que se clavó en el ángulo y todo se desmoronó. Seguramente habrá que replantear mejoras, variantes, objetivos. La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. Y detrás del «gracias a todos» no hacemos nombres, porque los que estuvimos nos vimos siempre, en la alegrías y en la derrotas y compartimos un abrazo sincero en las canchas más inóspitas del país.  Y como hizo saber el presidente del club, «la única lucha que se pierde es la que se abandona» y tenemos un sueño: hacer un club grande y tras ese objetivo iremos.