GOLEADA SIN ATENUANTES

Luego de una semana con «ingredientes» por las lesiones de Gonzalo Martínez y la del Canario Blanco, hoy por la mañana, CAMIONEROS enfrentaba a un conjunto que siempre le generó complicaciones como Náutico Hacoaj. Esta no fue le excepción sobre todo en el primer capítulo. Muy a pesar que tuvo las mejores ocasiones como una entrada de Nazar, otra de Penna y Herrera que exigieron al seguro arquero Lucas Pan. Como complemento de lo apuntado al comienzo del comentario Molina (con un severo esguince) y Livio Prietto abandonaron la cancha antes de la media hora de partido. Un interesante despliegue de Hermosilla, Chernov y Colman empardaban más con voluntad que con fútbol. A Camioneros le faltaba audacia para llegar al fondo con peligro, pese a una soberbia actuación de Marcos Villalba, una salida, despliegue y asistidor notable. Dentro de ese contexto se fueron a los vestuarios. En el segundo, ya a los 4′ Jorge Nazar abría la ruta a la goleada luego de una buena combinación de Simón Ramirez y Herrera terminó con la implacable entrada de la Chancha. 1 a 0 y el partido se terminó, literalmente. Porque muy a pesar de la expulsión de Medina por doble amarilla, el local estaba más cerca del segundo que Hacoaj del empate. Ahí se derrumbó la estructura de Cembal y físicamente también se empezaron a marcar grandes diferencias. Tras cartón se abrieron espacios que de contra fueron letales ya que Penita en dos ocasiones y Nazar sellaron en sendas jugadas asociadas y oportunas consumaron el pleito, que se había terminado casi 40′ antes. Es muy atinado marcar que el funcionamiento planificado por Smaldone hizo que el trámite se cerrara armando una línea de cuatro: Ingresó Lenciza, Espinoza y De Jesús en la zaga y Machado se tiró a la izquierda. Así ganó el equipo de Smaldone, goleo, se quedó con la zona y terminó invicto. ¿Qué más se puede pedir?, pues esto sirve como aliciente cuando solamente falta el compromiso de Monterrey, pero hay que ser medidos y cautelosos. Seguir con la misma humildad, respeto y concentración, porque a medida que este torneo extenuante avance los rivales, las canchas y las condiciones se iran poniendo cada vez más difíciles y para ello habrá que seguir con la mente fria y el corazón caliente. (Daniel Geller)