UN MOMENTO DIFÍCIL QUE HABÍA QUE PASAR
La antesala del vestuario estaba vacía, no había ruidos, tampoco policías, el espacio que linda hasta la cancha habitado por algunos teros…nadie. Ni aquellos ecos de los hinchas, ni los vestuarios repletos de abrazos, fotos y luces…Nadie.
Adentro casi 40 almas, que masticando bronca, asumían el fracaso de haber quedado afuera de la Copa Argentina, cuando todos nos habíamos ilusionado con llegar a jugar con Argentinos Jrs. Ellos hablaron, dijeron lo que tenían que decirse y que los códigos del fútbol encierran. Hubo muchos condicionantes: la performance en Chivilcoy, los árbitros allá, las expulsiones, allá y acá, las lesiones inesperadas, y la viveza de los rivales para sacarle el jugo a eso.
Pero hay algo que nadie les podrá quitar a esta gente: dignidad, entereza y poner el pecho en situaciones adversas. No daba para fotos, si para estar con ellos, acompañarlos, esperarlos como toda la vida, con respeto y juntos, para darles un abrazo y decirle que estamos con ustedes, en ésta también. Lo demás…es cartón pintado.
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