PIBE… TE CUENTO PORQUE VICTORIA SE ESCRIBE CON «B» DE BOCHINI

Entró a la Sede de Villa Devoto con un andar cansino, como contemplando el tiempo. Ya casi calvo, lejos de ese color zanahoria que flexionaba las piernas ritmicamente a las órdenes del Profe Kistenmacher. ¿Sabés que?, a vos te contaron quien fue RICARDO BOCHINI, y no mintieron en nada: Tenía una galera en cada pie, para hacer los trucos más imposibles, los pases de magia que llevaban a las tribunas al delirio. «»yo creía en mis convicciones para jugar al fútbol. Mi fuerte era la habilidad, sino me salía una, iba por la segunda o la tercera. Porque aunque anduviera mal, siempre intentaba la gambeta y así sacarme a hombres de encima».
Y hasta ud., maestro, se bancaba la critica…
-Claro. Algunas veces la hinchada se molestaba y protestaba porque me la sacaban, pero era la única manera de serle útil al equipo. Ellos creian que era capricho: no fue así. Mi fútbol era la gambeta, el invento.
-¿Ud. recuerda de todos los que hizo, cual fue el que más gritó?, tal vez, aquel frente a Peñarol en mayo del ’76. Mi viejo me llevó a verlo (éramos fanáticos suyos), se lo relato «Tres minutos, Bertolé desde la derecha se la da a Bochini, busca la pared con Astegiano, el nueve se la devuelve al Bocha en posición de volante derecho. Ahí va la pelota, Bochini gira y deja en el camino a Acosta. Sigue el Bocha cruzando en diagonal la cancha de derecha a izquierda. Quedan el camino Gimenez, Pizzani, Zoryes y Olivera. Ya pisa el àrea grande, lo cruzan Gonzalez y Garisto. Cambia el ritmo y de pierna, dos defensores al suelo y enfrente, solo, Corbo y Bochini. El 10 resuelve, de cachetada al segundo palo del arquero y el estadio deliró…»
«Ja, ja. Siiii. Apenas recibí de Astegiano me tuve fe para encarar el área rival. Sentí que esa era la jugada, los veía de reojo cuando quedaban en el camino, salió Corbo y se la toqué. Me quedé helado un segundo y después me sentí Bochini, Bochini en toda mi existencia, seguro. Lo grité mucho, como nunca, más que contra Juventus. Era el gol que estábamos necesitando los de Independiente. Fue mi mejor gol, porque me devolvió la Fe. Las ganas. Era nuevamente Bochini».
El Bocha de siempre, aquel que hacía caños, el de mis sueños de pibe y gambetas en Zárate, el que se dio una vuelta por Villa Devoto…el mejor amigo de una pelota de fútbol.