EL SUEÑO DE ILLAN Y PASTORIZA EN USA
DÍA II: El avión de Aerolíneas posó sus alas en punto 6,25 en el aeropuerto Internacional de Miami. Entre los bolsos, los registros aduaneros y la salida, sumado al cansancio del viaje, los chicos de Independiente y Camioneros aprovecharon el tiempo para seguir entrelazando comentarios y compartiendo vivencias. Al toque nomás, antes de subir a las combis encontramos dos historias (una Roja y la otra Verde) de vida unidas por una sola pasión: EL FÚTBOL. Con toda la adrenalina que significa para dos pibes de 13 años, estar nada menos que en Sarasota, participando de un torneo Internacional, esperando transitar esta experiencia única y en algún caso…vaya a a saber si será irrepetible. Conocimos a CRISTIAN ALEJANDRO ILIAN, ese pibe que entrenaba en la canchita de su barrio Victoria, a 40′ de San Miguel de Tucumán…»Un día llegó un señor (Adrian Hurlenghi), me vio jugar y me llevó a entrenar a un equipo de allí (CEF 18) y me invitó a realizar una prueba en Buenos Aires, nada menos que en Independiente. Probé dos veces aquí con la 2002 y por suerte quedé, le pareció bien mi juego a Griffa». Este volante ofensivo o en forma optativa como extremo izquierdo, se afincó en la pensión de Independiente en Villa Domínico y allí transita sus primeros pasos para escalar en el Rojo. «A mi me gustó la idea de venir a jugar acá y a mi familia también». Su familia compuesta por su padre, madre y un hermano de 9 años. Ilian hace unos meses decidió vivir con sus abuelos. Y hoy en Estados Unidos «no lo puedo creer. Es una gran oportunidad para los chicos de Independiente y de Camioneros, es una alegría enorme».
El caso de TOBÍAS PASTORIZA es otro cuento convertido en realidad. Un día lo invitaron a jugar en el Baby de Camioneros (Daniel Vázquez) en Villa Devoto y decidió probar, no Tobi? «Si, Yo me iba desde el barrio Malvinas, en Monte Grande». Cinco de familia, dos hermanas (Tiziana y Rocío), Papá (Carlos y Mamá Lilian). «Me fue bien y ahora estoy acá, ganándome un puesto en la 2003 de AFA». Tobías estudia en el Colegio 25 de Esteban Echeverría, segundo año, allí sobre la calle Rojas, que le dio permiso escolar para realizar este viaje. «Espero que nos salga todo bien, podamos ganar y llevar otra Copa a la Argentina». Pastoriza dejó picando la frase final «Mi sueño sería llegar a la Primera y luego jugar en la Selección…». Dos historias difentes pero unidas por el mismo hilo conductor: el grito de GOL que se empieza a teñir de Celeste y Blanco, lejos de casa.