PREVENCIÓN: SIGNOS DE LA ADICCIÓN

SIGNOS DE ADICCIÓN
La adicción consiste en la repetición de una conducta, ya sea el consumo de sustancias u otra actividad, de manera excesiva, en la que se está pensando gran parte del día y que se anhela realizar de manera impulsiva, a pesar de saber que es perjudicial para uno mismo. Lo que caracteriza a todos los tipos de dependencias, no es la repetición excesiva, aunque es un indicador importante, sino la pérdida de control. La experiencia es buscada con ansia, produciéndose una relación de placer momentáneo/culpa prolongada. Existen diferentes señales que pueden avisarnos de que una persona tiene una adicción.
1. Oscilaciones de humor
Una de las señales que pueden darnos una pista sobre si se trata de una adicción son los cambios bruscos de humor. La persona dependiente pasa de estar eufórica, pudiendo en muchas ocasiones coincidir con el momento en el que está consumiendo, a tener un ánimo depresivo, decaído, incluso con apatía, sin tener ganas de hacer ningún tipo de actividad. En las ocasiones en las que predomina el ánimo depresivo, suelen buscar estar solos para poder estar en contacto con su adicción y calmar su malestar. A medida que la adicción va avanzando, los períodos de decaimiento y apatía son más habituales y duraderos.
2. Aislamiento
La persona presa de una adicción, cuando se agrava la dependencia y la gente de su alrededor comienza a detectar que algo no va bien, tiende a alejarse de los demás. Aquellos que antes eran una buena compañía ahora son un obstáculo para hacer lo que desea en cada momento, y un recordatorio de que aquello que está haciendo lo está perjudicando. Incluso las adicciones que comienzan en un entorno social, como habitualmente pasa con el consumo de alcohol, pueden terminar siendo un hábito que se realiza a solas. Ya sea porque no quieren que lo sermoneen, o porque no se sienten cómodos con la presencia de otros.
3. Dificultad para conciliar el sueño
Surgen cambios en el sueño, tanto en la cantidad de horas dormidas como en los horarios en los que se duerme. Es muy habitual que la persona adicta comience a acostarse muy tarde y dormir muy pocas horas. Si se es adicto a alguna sustancia y ese día no se ha consumido nada, es probable que no se pueda conciliar el sueño buscar una dosis a altas horas de la noche para poder calmar la ansiedad que le está provocando insomnio. En adicciones como el juego patológico, los horarios de sueño también pueden cambiar, es común encontrar en la sala de un casino jugadores a altas horas de la madrugada incluso teniendo obligaciones al día siguiente. Esto va a dificultar el cumplimiento de sus obligaciones.
4. Irritabilidad
Independientemente del carácter que se tenga antes de volverse adicto, es probable que la persona esté más irritable de lo que solía estar. Se enoja sin razones aparentes, le molestan cosas o personas que antes no lo hacían y no tolera que se hable del problema que tiene.
5. Falta de concentración y problemas de memoria
Cada vez se hace más difícil atender, ya sea en clase o en el trabajo. Casi todos los pensamientos van dirigidos al objeto de la adicción en cuestión y prestar atención a cualquier tarea se hace muy difícil. Esta falta de concentración impide que se memoricen datos o se recuerden hechos concretos, lo que va a causar serios problemas en el desempeño profesional. Este signo se hace más evidente en las personas que sufren una adicción a sustancias, ya que muchas de éstas interfieren en la atención y en la memoria.
6. Incumplimiento de responsabilidades
Con el tiempo la adicción impide cumplir con las responsabilidades. Además, este incumplimiento se produce en casi todos los ámbitos de su vida: profesional, familiar, social. El adicto, progresivamente va abandonando aquellas cosas con las que anteriormente siempre cumplía, como terminar los informes del trabajo a tiempo, ir a buscar a sus hijos al colegio o aprobar los exámenes de la facultad. De repente las responsabilidades pasan a un segundo plano, ocupando la adicción la prioridad absoluta.
7. Abandono de las aficiones anteriores a la adicción
Llega un momento en el que no solo el consumo es placentero, sino que se convierte en la única fuente de placer. Las aficiones que pudiera tener antes ya no significan nada en su vida, no son más que un obstáculo. Todos los aspectos de su vida que eran importantes van desapareciendo, ¿para qué perder el tiempo en actividades que no me satisfacen igual? De manera inconsciente van eliminando todo aquello que no va dirigido a saciar su necesidad más inmediata.
Por todo lo dicho, la recomendación es y será siempre PREVENIR. Y pedir ayuda.
¿Por qué los adictos no pueden dejar de consumir?
Es muy complicado para familiares y amigos entender porque la gente que más quieren no puede dejar de usar sustancias que les están destrozando la vida. La razón principal es porque la adicción no es un hábito sino una enfermedad. Cuando una persona toma drogas por un periodo largo de tiempo sus circuitos cerebrales cambian y lo hacen de tal manera que intentar dejar de consumir es muy difícil y doloroso, a nivel emocional, físico y psicológico, aun queriendo dejarlo. Los estudios llaman a esto «modelo de la enfermedad cerebral de la adicción» y consideran la adicción a las drogas, no como un problema causado por la fuerza de voluntad, sino como una enfermedad que debe ser tratada. A nivel cerebral se producen cambios, entre ellos estos tres:
– La liberación de dopamina por parte del cerebro causada por el uso de drogas hace que la persona sienta placer. Cuando se hace un uso prolongado de las drogas el circuito se descompensa. Para poder volver a sentir esa sensación de placer se necesita más cantidad de droga que al principio. La producción natural de dopamina ya no ofrece esa sensación de placer que por naturaleza debería ofrecer y consigue que el individuo pierda interés en las cosas que antes le agradaban.
– Incrementa la respuesta al estrés cuando no se está usando drogas. Algunos circuitos cerebrales regulan la respuesta en situaciones estresantes. En el cerebro de una persona adicta, el circuito está sobre activado haciendo que la persona esté estresada cuando no consume drogas.
– Debilita las regiones del cerebro que ayudan a la toma de decisiones: el córtex prefrontal, que es la región del cerebro encargada de la toma de decisiones y controlar los impulsos. Es como un coche sin frenos cuesta abajo, incluso no queriendo consumir, en muchas ocasiones no se ven capaces de frenar los impulsos.
Existen muchos factores que influyen para que una persona desarrolle una adicción, pero los jóvenes tienen un especial riesgo al usar sustancias debido a que su cerebro está en proceso de desarrollo y, ya que el cerebro está en proceso de formación hasta los 20 años más menos, los circuitos neuronales son más sensibles a los cambios producidos por el uso de sustancias psicoactivas.
Entender la adicción como una enfermedad está ayudando a desarrollar mejores tratamientos. Mucha gente necesita ayuda para salir de una adicción y esto no significa que sean débiles, sino que están luchando contra una enfermedad muy dura y complicada de sobreponerse, pero no imposible.

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