VOLVER A EMPEZAR..
Exáctamente las 14,04 de la tarde del sábado 9 de junio de 2012. La hora en que ingresamos al predio y que empezamos a recibir sensaciones de este reencuentro con el fútbol de la primera de Camioneros, luego de aquella aciaga mañana de Jauregui, hace casi dos meses. Es que, la verdad, poco importaba el rival que teníamos enfrente. Nosotros jugábamos contra nosostros mismos, con nuestros fantásmas, nuestras ilusiones truncadas y porque no, de nuestras frustraciones. Pero NO porque nos hayamos quedado con una baraja sin jugar, al contrario, cada uno puso Lo Máximo posible, pero la «globa» fue caprichosa con nuestro destino. Cuadro de situación: Al ver como Pablito y Guillermo llenaban la planilla, con los documentos en la mano, el técnico Smaldone, el físico Gustavo y el kinesiólogo Manuel, en el fondo del bunker, terminando de diagramar el trabajo. Diego Lobbe, siempre dispuesto a una palabra de aliento, Marcelo Velazquez una rueda de auxilio permanente, cada vez más compenetrado con el trabajo del cuerpo técnico. Los utileros de un lado para el otro (con los balones, la ropa etc.) y los jugadores… que se fueron a calentar detrás de la cancha principal, allá en el fondo. Con un halo de vergüenza deportiva (pero de esa que marca el corazón herido). Los muchachos de mantenimiento armando los arcos, los banderines, los bancos. Y los hinchas que de a poco iban ingresando al predio. La excusa era el equipo de Alimentación, que fue muy poco para éste equipo que evidentemente está para otra cosa. Si, se mantuvo la base, con Martinez, Villalba, Pennita, Machado, Espinoza, Nazar, Manchafico, Gonzalez, etc. faltaba, solamente que Villalba hiciera el primero a los 10′, para que todo lo demás fuera un entrenamiento con público. La verdad, los mismos muchachos sintieron que no daba ni para festejar los goles, como hace un tiempo ante una cancha llena. Había que remarla y ahí estuvimos para hacerle el aguante, como corresponde. Ya habrá tiempo para ir cicatrizando la heridas e ir lentamente subiendo la cuesta que nos conduzca a otra nueva ilusión. Hoy, a modo de desahogo, les contamos sensaciones. Era volver a empezar, que no se apague el fuego. Seguiremos adelante atravesando miedos sabe Dios que nunca es tarde para volver a empezar…(DG)